domingo, 7 de junio de 2009

“ Black PR ”en los videos de campaña para las Elecciones Europeas 09 en España

Al ver por primera vez el video “spot” publicitario de la campaña del PSOE, sobre los trajes a medida, la foto de Aznar y Bush, acusándoles de la crisis económica actual, me sorprendí muchísimo y pensé: El “Black Public Relations “ ha llegado a España. BPR es un proceso de destrucción de reputación de alguien o de la imagen corporativa.
La respuesta del PP no tardó en llegar. Su spot publicitario como respuesta es otro ejemplo magnífico del BPR, el cinturón de 500 euros de Hermés, que lleva Zapatero durante un mitin, el avión militar, etc.
Sí, definitivamente el BPR había llegado a España. Se han agotado evidentemente las posibilidades para hacer un PR político digno que construya y cree una imagen positiva de su propio cliente. Es mucho más fácil esforzarse en destruir la imagen de la competencia.
El BPR tiene una larga y compleja tradición en los Estados Unidos. Sin embargo en Europa se ha usado en raras ocasiones. Por ejemplo durante las elecciones para la Cancillería Alemana en 2002, cuando sobre el candidato cristiano demócrata Edmund Stoiber se difundieron rumores sobre su poca tolerancia hacia los inmigrantes. Esto movilizó a los votantes de origen turco e yugoslavo que impidieron su elección. Schröder ganó por última vez y en las siguientes elecciones el candidato de los cristiano demócratas ya era Angela Merkel. Pero en ningún caso el BPR era tan directo y agresivo, como ocurre en España en estas elecciones europeas. Agresividad potenciada por lo sensible que esta la sociedad española, debido al difícil momento económico por el que esta pasando.
En este caso el BPR busca destruir la imagen entera del otro partido. Es interesante que en los “spots” no salen los candidatos para eurodiputados de los grandes partidos. En las campañas no se anuncian las visiones de los partidos con respecto a la Unión Europea.
Lo que podría haber sido una buena oportunidad para que el ciudadano español conozca un poquito más la complejidad de la UE se ha convertido en una ocasión magnifica para aplicar “dirty tricks” (trucos sucios, otra expresión usada para definir el BPR )